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DEJA DE PENSAR PARCERO

Así es parcero, de una vez por toda deja de pensar. Apaga por un momento esa máquina que es la mente y a la que muchas veces le damos más poder del que deberíamos, más poder que a nosotros mismos.

Danny, parcero, cómo así que dejemos de pensar, me extraña araña que tú nos digas eso. Pues sí muchachos, pero les voy a explicar por qué se los estoy diciendo.

Durante muchos años, aún todavía, se le entregó un poder único al pensamiento, a la capacidad de análisis, al raciocinio. Y eso está muy bien parceros, no me malinterpreten. Sin embargo, hay veces en que nos volvemos obsesivos con lo que pensamos y es ahí cuando nuestra vida puede entrar en cortocircuito.

Dale un respiro a tu mente y deja de pensar

Vivimos en un mundo donde todo debe ser explicado desde la razón, desde lo que vemos o podemos comprobar. Un mundo en el que le hemos dado mucho poder a la mente y eso ha hecho que perdamos un poco esa magnificencia que tenemos los seres humanos.

Le damos tanto poder a lo que pensamos que tenemos una sobrecarga de pensamientos que, por lo general, son caóticos. Esas ideas que dan vueltas en nuestra cabeza nos paralizan y nos hacen perder nuestra capacidad de actuar. Es ahí cuando decimos que la mente nos domina porque termina teniendo control sobre nosotros y acabamos experimentando un agotamiento mental.

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Y es que parceros, cuando nuestra mente entra en crisis por exceso de pensamiento deja razonar y simplemente responde de forma instintiva. Estamos tan aturdidos por lo que sucede en nuestra cabeza que las cosas empiezan a perder sentido para nosotros, nos sentimos perdidos y la angustia o la derrota nos invade.

Danny, dejar de pensar es volvernos inútiles

Para nada ome, cómo se les ocurre. Al contrario, al desconectar tu mente racional podrás conectarte con una mente más elevada y tener una mejor capacidad para tomar decisiones y ver el mundo más allá de las emociones del momento.

El exceso de pensamiento nos nubla, nos atormenta, nos paraliza. O díganme si ustedes no son de los que tienen un problema y le echan y echan cabeza en busca de una solución.

Nos adelantamos a situaciones futuras que nos generan algo de temor o incertidumbre y, sin siquiera tener motivos para hacerlo, nos llenamos de miedo y dejamos que los pensamientos negativos nos invadan y nos paralicen. Imaginamos escenarios catastróficos o pesimistas y terminamos afectando la totalidad de nuestro ser por un simple pensamiento.

deja de pensar

Le damos mil vueltas. Comemos, vivimos y dormimos (claro, si tenemos la fortuna de hacerlo y no nos da insomnio) echándole cabeza a la misma idea una y otra vez. Nos aferramos tanto a él que termina controlándonos.

Cuando estamos preocupados no somos capaces de pensar en otra cosa y con el tiempo ese pensamiento se convierte en ansiedad, en angustia, en miedo o en una depresión ni la más verraca.

Yo no estoy diciéndoles que dejen de tener ideas, de adquirir nuevo conocimiento, de tener un pensamiento crítico. Lo que yo quiero es que dejemos de creer que los seres humanos somos únicamente materia gris y de echarle tanta cabeza a pensamientos obsesivos.

Cuando dejamos que la mente sea la que nos domina terminamos afectando todo, nuestra salud, nuestro estado de ánimo, nuestro cuerpo. El propósito no es dejar la mente a un lado, para nada ome; la idea es que seamos nosotros la que tengamos el control sobre ella, y no lo contrario que, por lo general, es lo que solemos hacer.

Deja de pensar en el pasado

Parceritos, el problema de ser adictos al pensamiento es que nos aferramos a ellos y nos enfrascamos. Les damos vueltas a situaciones del pasado o del futuro sobre las que no tenemos ningún control.

Recordamos una y otra vez esa terrible metida de pata y la traemos a nuestra vida de forma constante para castigarnos y atormentarnos por el error cometido. Pero, ¡lo hecho, hecho está! Es importante analizar qué sucedió, dónde estuvo el error, cómo podemos evitar que se repita y soltarlo, dejarlo ir.

Pero no, nos gusta llorar sobre la leche derramada y analizar lo que sucedió desde diferentes ópticas. Parece que nuestra mente fuera un estudio de televisión con cámaras por todos los lados del escenario. Entonces, queremos ver cada una de las tomas para visualizar el error que cometimos desde cada uno de los ángulos.

Creemos que esa es una forma de “redimir” el error. Nos sentimos tan culpables que queremos castigarnos, consciente o inconscientemente, repitiendo una y otra vez en nuestra mente la escena que tanto daño nos hace.

DEJA DE PENSAR EN EL PASADO

O tal vez hemos terminado una relación de pareja y seguimos aferrándonos al recuerdo de esa persona, a lo hermoso que era todo, al terrible error que cometí o a lo poco merecedor que era yo de estar con esa ella.

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Pero mis parceros, por mucho que le demos vueltas al asunto no vamos a cambiar el pasado. Es bueno hacer el análisis de conciencia, pero soltar, dejar de cavar el mismo hueco una y otra vez. Dejar de obsesionarnos con lo que pudo ser y no fue. Como reza un proverbio oriental:

Si tu mal tiene remedio ¿por qué te aquejas? Si no lo tiene ¿por qué te aquejas?

Deja de pensar en el futuro

Lo mismo sucede con el futuro, y es aún peor. Todo el tiempo la mente nos está bombardeando con imágenes e ideas de lo que va a pasar. Creemos que pensar constante en el tema nos va a permitir tener mayor control del posible suceso, pero no hay nada más falso parceros.

Es decir, claro que tenemos que contemplar diversos panoramas, prever posibles situaciones y tratar de minimizar riesgo, pero ya. La trampita de la mente es cuando nos obsesionamos con el tema y vivimos siempre en el futuro, imaginado situaciones que no han ocurrido y que no sabemos si van a ocurrir alguna vez.

Lo que hacemos con esto es aumentar la ansiedad en nuestra vida. Y cuando nos ponemos ansiosos todo en nuestra cabeza es un hijupepucha caos. Ahí sí que perdemos la capacidad de análisis, se altera nuestra respiración, sudamos, sentimos que el corazón se nos va a salir y nos paralizamos totalmente. Caemos en un estado de debilidad y de impotencia. Nos hemos dejado dominar por nuestra mente. ¿Sí pillan parceros?

Deja de pensar o aprender a dominar tu mente

Cuando dejamos que la mente nos domine le damos poder a pensamientos negativos y destructivos como «soy lo peor», «todo me sale mal, “no voy a ser capaz”, “mínimo vuelvo a meter la pata”, “siento que algo malo va a pasar”.

Llega un momento en que terminamos teniendo agotamiento mental. Quisiéramos encontrar el hijuepucha interruptor de la cabeza para ¡pum! apagarla por un momento y poder descansar, desligarnos de los pensamientos.

Pero no siempre los pensamientos son negativos, también podemos llenarnos de ideas positivas, que nos levanten el ánimo y refuercen nuestro bienestar. Sin embargo, eso no suele pasar porque, por lo general, le damos más poder a los verracos pensamientos destructivos, o me van a decir que no ome.

deja de pensar y aprende a dominar tu mente

Y eso sucede por nuestra estructura mental, la cultura en la que hemos crecido y nuestras creencias. Fíjense parceros que cuando uno está en un ascensor o trata de entablar conversación con un desconocido, por lo general, si no se habla del clima, algo que no puede faltar, jejeje, se termina hablando de una noticia negativa o de lo desconsiderada que es la gente; o de cómo los jóvenes de ahora no son como los de antes; o de que la vida está muy cara; que los políticos tienen la culpa de todo, etc., etc.

¿Saben que es lo más curioso parceros? Que las conversaciones negativas salen sin mayor esfuerzo, ya hasta nos sabemos el guion y todo. Hablar de lo negativo siempre más fácil. Y eso no es raro porque casi siempre las malas noticias tienen más pantalla en los medios de comunicación y en nuestras vidas, entonces se terminan convirtiendo en un tema del que todos hablan.

Ya lo decía el viejo Gandhi: cuida tus pensamientos

Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras.
Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos.
Cuida tus actos, porque se convertirán en tus hábitos.
Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino.

Tener pensamientos y conversaciones que giren en torno a lo malo se vuelve un acto casi automático. Pocas veces tomamos consciencia de eso.

Ahí les dejo tarea parceros: la próxima vez que hablen con alguien fíjense de qué hablan, si de algo positivo o de lo malo que está el mundo y hagan el ejercicio de cambiar el rumbo de la conversación por algo positivo. Paremos de una vez por todas ese negativismo inconsciente.

Muchachos, tal como dice Gandhi: debemos cuidar los pensamientos. Los pensamientos generan emociones que afectan nuestra vida. Por eso es que se dice que los pensamientos tienen poder. Lo que pensamos determina la forma en que nos sentimos y lo que sentimos afecta nuestra realidad.

Es ahí cuando les digo que dejen de pensar por un ratico o, mejor, aprendan a controlar la mente y pónganla a jugar a su favor.

¿Controlas tu mente o tu mente te controla a ti?

¿Qué dicen parceros? Quién manda a quién. Si la mente es la que tiene el poder sobre sus vidas sucede todo lo descrito antes. Por el contrario, si son ustedes los que controlan a sus mentes entonces:

  • No dejan que un pensamiento dañino los absorba.
  • Son capaces de pensar en el pasado para analizar qué sucedió y entenderlo para no volverlo a repetir, pero no se obsesionan con lo sucedido.
  • Lo mismo con acontecimientos futuros: realizan un análisis o proyección lógica, pero no permiten que el miedo, las ideas pesimistas, el autosaboteo o el deseo de control se apodere de ustedes.
  • Cuando se les viene un pensamiento negativo lo aceptan entendiendo que es una forma de autoprotección de la mente, pero no le dan valor ni poder.
  • Si empiezan a sentir ansiedad frente a algo, respiran de forma consciente para volver a tu centro y retomar el control de sus pensamientos y emociones.

Menchito, cómo puedo dejar de pensar o controlar mi mente

Lo primero para dejar de pensar, o mejor, para controlar la mente es ser conscientes del bombardeo constante de pensamientos. Empieza a identificar todo lo que pasa por tu cabeza y a restarle un poco de valor a la falsa creencia de que entre más piense le echamos a las cosas, mejor.

Luego, haz lo siguiente:

  • Para de hacer lo que estés haciendo.
  • Conéctate con la respiración que, básicamente, es ser conscientes del ingreso y la salida de aire de tu cuerpo. Una buena respiración es aquella donde el aire se lleva al estómago y este se infla. Como nos hemos desconectado tanto de nuestro cuerpo, no nos damos cuenta de que muchas veces nuestra respiración es superficial. Esto hace que el cerebro y el cuerpo no reciban el oxígeno que necesitan para funcionar bien.
  • Observa tus pensamientos sin juzgarlos. Esto tomar consciencia de lo que piensas. Por lo general no nos percatamos y saltamos de una idea a otra y otra sin control. Y el no juzgarlos hace referencia a que no digas “este es un pensamiento basura”, “yo por qué pienso esto”, “siempre con bobadas en la cabeza”, etc., etc…
  • Al hacer esto la mente se irá calmando poco a poco y, finalmente, logramos bajarle a la marea interna.
  • les dejo también este sencillo y efectivo ejercicio de relajación para dejar de pensar:

Respira, solo respira

Parceros, la respiración es una herramienta muy poderosa. A veces nos dejamos encantar por las soluciones que son complicadas, difíciles de conseguir o muy costosas, y menospreciamos aquello que es sencillo y gratis, como es respirar.

Aprender a controlar la respiración es clave para tener un control de nuestra mente. Y si quieres ir un poco más allá puedes usar técnicas de relajación y, adivinen, ¡meditar!!!

Con el tiempo, entre más conscientes nos hagamos de esto, seremos menos reactivos ante las situaciones o los miedos que experimentamos. La mente nos puede mostrar una idea negativa, pero seremos capaces de verla y discernir entre una idea real o un simple impulso del pensamiento.

Poco a poco podrán ir reprogramando su mente a través del pensamiento consciente, conectándose con ustedes, con su interior, escuchando sus cuerpos y anclándose al momento presente, al ahora.

Somos seres ilimitados y poderosos

Muchachos, nosotros somos ilimitados, la que nos limita es la mente, o los pensamientos que dejamos que dominen nuestra mente. Pero cuando logramos entrenarlos, aprendemos a dirigirlos y a usarlos a nuestro favor eligiendo lo que queremos pensar, a qué le damos valor y a qué no; entendiendo que el pasado pasó y el futuro no existe.

Toma consciencia de tu poder y de lo que piensas. No eres víctima de las circunstancia ni eres un barco a la deriva. Tienes la capacidad de controlar tu mundo y de decidir qué quieres y qué no quieres que haga parte de tu realidad.

Así que mis parceritos, empiecen a pensar la realidad que ustedes quieren crear. Si quieren una realidad donde estén tranquilos, serenos y vivan en paz, entonces saquen de sus cabezas las ideas destructivas, pero no atacándolas o escondiéndolas, no. Al contrario, viéndolas, agradeciéndoles por estar ahí para cuidarlos, pero diciéndoles adiós.

Muchachos, ustedes tienen el poder, recuérdenlo siempre.

Se les quiere ome.

Daniel Tirado / #BeachMoney

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