Sí mis parceros, es hora de atrevernos a lo desconocido y de perder el miedo de emprender nuevos rumbos, andar nuevos caminos, soltar lo conocido y movernos.
Debemos despertar, reaccionar y darnos cuenta de que no podemos dejar que la vida pase sin un sentido otorgado por nosotros. Debemos tomar el control de ella y hacer que tenga un verdadero valor.
No sabemos cuánto tiempo vamos a estar por estos lados, cuándo se nos va a acabar este viaje, y qué bueno que cuando ese día llegue estemos tranquilos de haber vivido de acuerdo con nuestras convicciones y en coherencia con lo que quisimos para nosotros.
Qué significa atrevernos a lo desconocido
Parceros, yo no me refiero a brujería, a develar misterios o a cazar espíritus en mansiones embrujadas; tampoco pretendo que se lancen en paracaídas, hagan salto base ni nada por el estilo.
Aunque si quieren hacerlo, adelante, solo que a veces nos es más fácil hacer cualquiera de estas actividades extremas que tomar el control de nuestra existencia y encaminar nuestra vida como nosotros realmente queremos, no dejándonos llevar por donde otros nos quieren meter.
Atrevernos a lo desconocido es levantar ese trasero del sofá, de la silla de la oficina que ya tiene nuestra forma marcada; de la pareja que ya no me hace feliz; de la rutina que me aburre, pero que me permite rodar el carro de mi existencia en neutro sin mayor contratiempo ni dificultad.
Es dejar la famosa, trillada y supernombrada zona de confort. Sé que durante mucho tiempo se usó y abusó de este término, tanto que todo terminaba siendo “zona de confort”.
Pero, palabras más, palabras menos, atreverse a lo desconocido es ser capaces de abandonar ese espacio que nos es tan conocido y que nos impide evolucionar. Aquello que no implica un riesgo y que no me exige hacer las cosas de forma distinta. La idea no es ir por la vida buscando emociones y experiencias como locos, sino explorar nuevos caminos y posibilidades.
Porque además parceros, lo que uno suele ver es que eso que es conocido, seguro y que ya dominamos no necesariamente nos genera felicidad, orgullo, dicha o apasionamiento.
Al contrario, se nos vuelve una carga pesada, difícil de llevar; nos drena la energía, nos apaga por dentro… Cuando dejamos de atrevernos a lo desconocido y nos seguimos moviendo en los círculos que son familiares, no hay reto, no hay emoción.
Píllense este video parceros donde expongo mis razones sobre por qué salir de la zona de confort:
Por qué debemos atrevernos a lo desconocido
Porque parceros, cuando perdemos esa pasión en nuestra vida empezamos a buscarla por fuera de nosotros. Entonces nos encarrilamos en situaciones externas que nos generar un rato de emoción, un viaje bien sollado, una experiencia sobrenatural; momentos que nos despiertan la adrenalina, pero que cuando acaban, nos hacen sentir más vacíos que antes.
Cuando dejamos de retar a nuestro cerebro y la vida nos empieza a saber toda igual, algo en nosotros se apaga, es como si la flor de nuestra alma se marchitara.
Parceritos, yo no sé si a ustedes les ha pasado, pero a mí sí me pasó. Y me sentía tal cual les estoy describiendo. Sentía que el fuego de mi interior se estaba asfixiando como cuando quieren apagar un incendio que lo ahogan a punta de pesadas cobijas de lana.
Así tal cual lo sentía. La rutina, los prejuicios, lo que la sociedad esperaba de mí, el deseo de meterme en el molde en el que pretenden que todos encajemos eran una de esas hijuepuchas cobijas “tres tigres” bien pesadas que me estaban ahogando.
¿Ya leíste Las 4 etapas de la vida de Carl Jung?
Llegó un momento en que dije: ¡ya!! debo actuar, no pudo seguir así, debo dejar que esa llama de mi interior se encienda, salga de mí y me alumbre el camino por el que debo transitar. Y tomé decisiones, tomé acción. Recuperé el control de mi vida.
Solo cuando me atrevía a dejar los caminos que ya otros habían transitado y decidí labrar el mío; solo cuando me atrevía a lo desconocido pude volver a sentir ese fuego de mi alma y es lo mejor que pude haber hecho.
¡¡Es momento de atreverse a lo desconocido!!
Por eso parceros, quiero que ustedes también lo hagan, y que sea rápido, antes de que esa flor pierda todos sus pétalos y de que esa llama se apague y luego ya no tenga un faro que los guíe por la senda por la que sus almas los querían llevar.
Porque eso pasa. ¿Ustedes creen que esas personas que ven en la empresa que llevan más de 20 años en el mismo cargo y se los ve aburridos o sin brillo en los ojos no tenían sueños? ¿Creen que sus papás que hoy les hablan de los planes de juventud no cumplidos, no añoraban con todas sus fuerzas cambiar sus vidas de rumbo?
¡Claro que sí!!! Pero se durmieron, se llenaron de miedo. Empezaron a seguir el camino conocido, por más difícil que les haya tocado, se compraron su buena chaqueta y empezaron a echar en sus bolsillos las piedras del qué dirán, del miedo, del “cómo voy a hacer eso”, del “cómo voy a vivir”, del “mejor malo conocido que bueno por conocer” y ente más y más piedras echaban, les costaba más levantarse de su rutina y salir de su zona de bienestar y confort.
Tener sueños, planes y anhelos es de todos, no de unos pocos. Y parceros, que quede claro que “tener plata” no es un sueño. Hay gente que deseó tener billete y poder, pero era una cuestión de estatus, precisamente, por un tema de apariencia y por cumplir con lo que la sociedad determina como éxito y felicidad.
Deja los caminos conocidos y atrévete a ir por el tuyo
Muchos de esos soñadores frustrados soñaban con tener plata para, ahí sí, poder cumplir sus sueños. Pero se atornillaron en esa falsa comodidad y sus bolsillos estaban cada vez más pesados. Es más, entre más plata ganaban era más difícil dejar esa comodidad por ir tras lo desconocido.
Así que parceros, sueños son todos aquellos planes que abandonaron tras la búsqueda de ese billete. Son esos pequeños o grandes planes que, pocas veces, están ligados a la riqueza per se, es decir, a la riqueza por sí misma.
Así que si ustedes son de los que esperan ganar plata con dolor, con hastío, con hijuepuchas domingos de infierno y lunes depresivos para ahorrar lo suficiente y ahí atreverse a lo desconocido y a lo que implica hacer lo que uno ama, entonces ¡despierten!!!
Sé que muchos no tienen clara cuál es su vocación y se preguntan cómo encontrarla, pero parceros, a veces hay que atreverse a lo desconocido primero y en ese camino la vida le va mostrando qué es eso que hemos venido a hacer a este mundo.
Si en este momento no saben a qué se quieren dedicar, pero están en un hijupepucha trabajo que los enferma, que los deprime, que hace sus días un suplicio, al menos tomen el riesgo de buscar un nuevo empleo.
Yo no estoy diciendo que para ser felices todos deben ser independientes o emprendedores, para nada, ese fue mi camino, pero no tiene que ser el de ustedes. Sin embargo, lo que sí les estoy diciendo es que si la vida que llevan en este momento hace que sientan que su llama se apague, pilas parceros, no pierdan más tiempo y tomen decisiones.
Danny, yo me siento así, pero no sé qué decisiones debo tomar
Mis parceros, lo que yo les puedo decir es que se muevan, y no me refiero solo al trabajo. Hay gente que está aburrida con su relación de pareja y no significa necesariamente que sea una mala relación, para nada.
Salir de la zona de confort no implica estar uno en el infierno de trabajo, de vida, de familia, de barrio… No, muchas veces es todo lo contrario: estamos en una relación tranquila, me llevo bien con mi pareja, hay respeto, pero mi llama está apagada…
O en el trabajo me tratan bien, soy valorado, ya hago todo rápido y fácil porque soy un experto; me caen bien mis compañeros, me pagan bien, pero… Algo en mí me dice que no es por ahí; tal vez mi corazón no vibra igual que ayer; o la brújula de mi alma me indica que la ruta es por otra parte.
Atrevernos a lo desconocido es abrirnos al mundo
Es más, atrevernos a lo desconocido es algo tan sencillo y tan, pero tan importante como ser capaces de cuestionar las verdades irrefutables de mi vida; es poder tener una conversación sana, respetuosa y abierta con alguien que tenga una filiación política distinta a la mía no para convencerlo de que se me cambie de bando, sino para saber qué es lo que piensa.
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Parcerito, lo que puedo decirte es que tomes consciencia de lo que haces en tu vida y dejes de vivir en automático. Esto es que empiecen a analizar si sigues en esa relación porque amas y vibras con tu pareja o solo porque pues llevamos tanto tiempo juntos que es mejor seguir así.
Que piensen por qué razón no has buscado otro trabajo y pongas en una balanza tus prioridades: tomar el riesgo, abrirte a una nueva empresa o una nueva forma de trabajo con lo que implica explorar un mundo nuevo, o seguir aburrido y deprimido, pero con la quincena segura.
Atrevernos a lo desconocido para despertar y reavivar la llama
Atrevernos a lo desconocido es cambiar de plato en el restaurante; cambiar de puesto en la mesa del comedor; es leer un libro que no hace parte de nuestros gustos literarios; es varia la lista de reproducción de Spotify y escoger la de un cantante desconocido.
Es empezar a tomar consciencia y analizar por qué hacemos lo que hacemos; por qué tengo esta forma de pensar, ¿será mía o es una herencia de mis papás?; ¿estoy de acuerdo con lo que toda la vida se ha dicho en mi familia? ¿De verdad opino lo mismo?; ¿por qué juzgo así a esta persona?; ¿lo que hace no es correcto para mí o simplemente le tengo miedo porque se sale de mis parámetros?
Atrevernos a lo desconocido es ser capaces de ir a lugares donde no hemos estado y con lugares hago referencia a modos de pensar, gustos, ideas, sensaciones, emociones. Es hacer las cosas rutinarias de una manera diferente; es tener un pensamiento flexible y abierto a la diferencia.
Cuando nos atrevemos a lo desconocido la mente despierta porque se ve obligada a trabajar, a hacer nuevas conexiones, a buscar maneras de resolver nuevas situaciones.
Entonces, despierta nuestra llama y con ella la creatividad y nuestra capacidad natural de crear; abrimos la puerta para que salga todo ese poder y esa luz que hay en nuestro interior y, de paso, ayude a guiar a otros que están como nosotros estuvimos alguna vez: sin luz propia, con la llama apagada.
Toma el control de tu vida parcero
Así es muchachos, recuperen el control de sus vidas. Cuando les digo que vale la pena, que es necesario y saludable no es carreta ome. Conozco muchas personas que están padeciendo por el inminente regreso a sus oficinas luego de trabajar desde sus casas.
Son muchos los que viven la angustia de regresar al lugar donde tienen que estar ocho horas al día, cinco días a la semana, si es que no más. Pero también conozco otros que están felices de hacerlo porque no se aguantan estar un minuto más encerrados con sus parejas.
Y es verdad que hay muchos que no pueden tomar decisiones, aunque yo creo que siempre se puede. Pero hay otros que pueden hacerlo y no lo hacen. Que el sacrificio será estar solos o bajarle al nivel de vida y de gastos, pero no están dispuestos a hacerlo sea por comodidad, pereza, falta de disciplina o por el bendito miedo.
Y déjenme decirles parceros: miedo siempre habrá, siempre. Si no fuera así, si el tema fuera tan fácil no estaríamos hablando y no habría tanta gente sentada en los laureles del aburrimiento y la apatía.
Pero hay que actuar con miedo muchachos, de lo contrario, nunca van a generar cambio en sus vidas. Leí por ahí algo muy cierto: esos miedos que no enfrentamos se convierten en nuestros límites y barreras. El miedo no se va, el miedo se enfrenta.
Da el primer paso que la vida se encarga del resto del camino
Parceros y parceritas, no tienen que hacer nada estrambótico ni ir a pasar mañana la carta de renuncia ni nada por el estilo. Recuerden que la vida se construye de pequeños pasos unos tras otros.
A veces creemos que estos pasos no nos van a llevar a ninguna parte, pero cuando vemos en retrospectiva nos daremos cuenta de todo lo que hemos avanzados.
La clave es que empiecen a cuestionar lo que pasa en sus vidas, si están viviendo como ustedes quieren o como les han dicho que deben ser. Si están siguiendo sus pasiones por más sencillas y bajo perfil que estas sean, o si están cumpliendo la tarea del deber ser, del status quo: carro, casa y beca… esposo, esposa, hijos.
Dejemos el miedo de pensar distinto, de alterar el establecimiento. Sé que los cambios, además de temor, generan incomodidad y sacrificio, pero no se imaginan las grandes recompensas. La mayor de todas: orgullo propio, saber que fuimos capaz de ganarle a nuestro miedo, de salirnos del sistema, de ser valientes y tomar el control de nuestra vida.
Parceros, tengan la seguridad de que este acto de valentía será recompensado por la vida. Las puertas se abrirán, el camino se despejará y una cosa llevará a la otra.
Además, otro bonus track: tu mente ¡pum!!! se expandirá de una forma única. Volverás a recuperar tu creatividad, tu entusiasmo, tu vitalidad. A pesar de la incertidumbre sentirás que la llama se ha vuelto a encender y que fuiste tú, contra todo pronóstico, el que la avivaste.
Mis parceritos, suerte con ese gran viaje.
Un abrazo ome.
Daniel Tirado / #BeachMoney
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