Por ahí escuche que los príncipes azules no existen, pero yo mas bien digo es que si los hay, pero que también destiñen. Y para ello quiero hablarte de un tema que se ha vuelto nuestro amigo y nuestro rival al mismo tiempo, un tema que es difícil separar de nuestro día a día pero que si no manejamos con cautela, puede llegar a convertirse silenciosamente en un verdadero problema, “Las redes sociales”… si, esas mismas que me han acompañado durante muchos años en mi aventuras como blogger de viajes.
Construir la vida perfecta a través de innumerables plataformas web como Facebook, Instagram, Tumblr, Twitter, Snapchat y otras más que han surgido durante la última década, se ha convertido para muchos en una de las actividades a las que más dedican su tiempo.
A veces con fines valiosos pero en algunas otras ocasiones con el único propósito de lograr la admiración y el reconocimiento de otros por medio de likes, comentarios halagadores y unos encantadores números que indican la cantidad de seguidores que tienen, lo que les da una idea de cuán atractiva es su vida para los que la ven desde afuera.
Lo malo aquí es que la gente al ver a sus amigos, artistas, celebridades o influenciadores digitales en las fotos que suben, piensan que todas estas personas salen a comer más que ellos, compran más cosas que ellos, tienen una vida más fitness de la que ellos llevan, salen de rumba más que ellos, leen más de lo que lo hacen ellos y disfrutan la vida de una manera en la que ellos nunca podrían hacerlo, pues a simple vista estas personas con fotos y publicaciones increíbles parecen que tuvieran su vida en perfecto equilibrio.
¿Qué hay de cierto en eso?
Desde el otro lado de la pantalla, después de unos varios años como influenciador digital, escritor y figura pública, puedo decirte que no todo es tan perfecto, los príncipes no son tan azules y a las princesas no les sale destellos, al igual que todos, también tengo días de estrés, días en los que no van las cosas como esperaba, peleas con mi pareja, asuntos por resolver en el tema familiar, cuentas por pagar y demás.
He tenido la fortuna pero también la desdicha de conocer este entorno muy de cerca y luchar a veces contra él, he ingresado al mundo de la televisión y al participar en diferentes series me he encontrado con personas que de lejitos parecen tener una vida envidiable, sin embargo sus vidas no suelen ser lo que proyectan las pantallas.
Les garantizo mis parceros que muchas de esas personas a las cuales siguen, ya hace bastante rato destiñeron. Por esto les aconsejo que no tengan ídolos virtuales, ni deseen nunca lo que ellos tienen, pues tal vez para llegar a ello, debieron sacrificar algo aún más importante, su vida y su felicidad.
No anheles lo que estas personas tienen si no conoces de cerca su historia, pues créeme que en muchos casos la búsqueda de likes y seguidores se convierte para ellas en una adicción, en uno de sus pocos, o mas bien, únicos propósitos y tristemente las redes sociales pasan a ser la única referencia que tienen de su identidad, olvidándose de quienes son en la vida real por vivir una vida virtual.
Pero, ¿Acaso eres lo que publicas?
Si aún te queda duda de que las redes sociales no son lo que parecen, verás que situaciones como un mal día con tu pareja, una relación complicada en el trabajo, una pelea familiar, un día en el que pasas tirado en la cama simplemente viendo series, la angustia que sientes al emprender un nuevo proyecto, esa comida que no se ve tan apetitosa o el par de kilos que ganaste durante las vacaciones de playa, brisa y mar, son simplemente trivialidades prohibidas de contar, y que al igual que tu, yo, o cualquier príncipe azul al que sigan, es pocas veces que las suelen compartir!
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Entonces… ¿En verdad compartimos nuestra vida en las redes o únicamente compartimos una versión soñada, bonita y decorada de ella?
Las redes sociales sin lugar a dudas han llegado para quedarse y a través de los años, inconscientemente les hemos otorgado el poder de manipular nuestros más profundos pensamientos y emociones, es por esto que hoy quiero invitarte a ser más crítico con lo que permites entrar en tu vida, deja a un lado el deseo de encajar, validar o ser validado en el mundo virtual a partir de likes y seguidores.
Haz que tu vida sea admirada pero a partir de acciones reales, no de instantes congelados por el obturador de una cámara; no te obsesiones con perseguir ideales virtuales que posiblemente son irreales, ama tu esencia autentica y tu vida real; no te obligues a parecer feliz, sé feliz y verás que no hará falta esforzarte en demostrarlo.
!!Que tu vida no sea como la de esos príncipes o princesas desteñid@s que abundan por ahí, llénala de magia, hazla, intensa, vibrante y REAL!!
Daniel Tirado / #BeachMoney
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