Si has sido o eres emprendedor o trabajador freelance, de seguro sonreirás al leer este título… Y es que ¿qué emprendedor no ha mezclado (sobretodo cuando el negocio está empezando) sus finanzas personales y familiares con las de su emprendimiento?
Cada vez somos más personas persiguiendo nuestros sueños y emprendiendo negocios que nos generen dinero y libertad, así que si tú apenas estás pensando en emprender, ojalá este post te sirva para aprender a sanear tus cuentas desde un principio y no cometer este error tan recurrente y dañino (tanto para tu bolsillo como para el de tu empresa).
Maneja tus finanzas personales.
Cuando un emprendimiento está naciendo y creciendo es muy común que seas el dueño, el creativo, el operativo, el recepcionista y ¡hasta el de los tintos! Obviamente también eres el financiero, el de contabilidad y el de cartera, lo que te introduce, te guste o no, en el maravilloso mundo del dinero, su gestión, administración y control.
A veces creemos que lo único importante a la hora de emprender es desarrollar un producto o servicio diferenciado, creativo, innovador, y luego conseguir clientes y vendérselos, y sí ¿qué sería de un negocio sin ventas? Pero no podemos dejar de lado la importancia de la administración de los recursos, ella puede ser la diferencia entre un negocio rentable y exitoso y uno que no prospere.
Cuando nuestras finanzas personales y comerciales se mezclan sin control alguno, pueden pasar principalmente dos cosas. La primera, que tú termines patrocinando tu empresa, sacando de tu bolsillo cada vez que ésta requiere algo y no tiene flujo de efectivo. La segunda, lo contrario. Que tu empresa termine pagando con sus ingresos tus gastos personales y familiares.
Separa las finanzas personales de las de tu negocio.
Es que si te sucede lo primero, es muy probable que no puedas clarificar cuál es el punto de equilibrio de tu empresa, sus gastos fijos, su rentabilidad, o, en el peor de los casos, si definitivamente no es un negocio rentable.
Y si te sucede lo segundo, estarás afectando el crecimiento de tu empresa, cargándola con tus gastos personales, cuando podrías estas reinvirtiendo en ella misma para su crecimiento y estabilidad.
Lo más grave, en cualquier caso, es que no vas a tener claros los números, ni los tuyos ni los de tu empresa, así que probablemente vas a estar siempre preguntándote a dónde se fue el dinero en vez de decirle tú a dónde ir.
Y para ello te traigo algunos tips que te ayudarán a separar fácil y tranquilamente esos dos bolsillos, para que tu empresa crezca y prospere, al igual que el de tu casa! 🙂
Haz un presupuesto de gastos personales y familiares.
Sea que tengas un emprendimiento, seas trabajador freelance o seas trabajador dependiente, por favor, siempre ten un presupuesto, aliméntalo a diario y respétalo.
Si hay algo clave en la gestión y administración del dinero es tener clara la información. Saber cuáles son tus ingresos y cuáles tus gastos te permitirá repartir tu dinero de manera planificada y evitar filtraciones que después se conviertan en huecos inmensos. Además, podrás ver qué gastos son innecesarios y pueden ser reducidos o eliminados.
Hoy en día existen muchas aplicaciones para llevar un control de tus finanzas personales, o, si prefieres, puedes llevarlo en hojas de cálculo sencillamente formuladas por ti mismo.
Es muy simple, haz un listado lo más completo posible de todos tus ingresos y todos tus gastos, hazlo de manera mensual para que puedas llevar la cuenta fácilmente y cada mes afínalo más. Hay gastos que a veces no tenemos en cuenta porque no son muy comunes, pero luego llegan y desajustan nuestro presupuesto, como los seguros, los regalos, las celebraciones,los gastos médicos, los viajes, etc. Inclúyelos.
También hay gastos pequeños que solemos subestimar, como un café, un postre, o cositas así que compramos a diario y sumados llegan a cifras importantes. Esos gastos, por pequeños que sean, también deben ir en nuestro presupuesto.
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Ahora haz el de tu empresa…
Siguiendo los mismos pasos que mencionamos antes, identifica todos los ingresos y gastos de tu empresa. Los gastos fijos promédialos mensualmente para que realices el presupuesto mensual y así puedas hacer seguimiento de éste fácilmente.
Recuerda que afinar lo más posible estas cifras te permitirá costear de manera más acertada tus productos o servicios, además de saber cuál es tu punto de equilibrio, tu rentabilidad y tu posible proyección. Al igual que en tus finanzas personales, el presupuesto te permitirá optimizar tus recursos, disminuir gastos y costos y aumentar tus ganancias. Por algo dicen por ahí que lo más importante no es cuánto dinero ingresa sino cuánto queda al final del mes.
Utiliza una cuenta bancaria para tu empresa y otra para tus finanzas personales y no las mezcles.
Una de las mejores formas de separar tus finanzas personales y comerciales es hacerlo físicamente, y abrir una cuenta de banco para cada una es una forma muy sencilla y efectiva de hacerlo. Aunque no es suficiente que las abras, debes comprometerte a manejarlas independientemente y no mezclar ingresos ni pagos.
A veces puede ser incómodo y te puede parecer innecesario, porque finalmente todo llega al mismo lado, pero si quieres que tu empresa evolucione, es preciso que la manejes como si ya fuera una gran empresa.
Es que es muy común que tengamos la mentalidad de manejar nuestra empresa como una empresita, como si fuera nuestra cocina, y eso nos alejará de nuestras metas de crecimiento y posicionamiento, pues va en contravía.
Determina un sueldo para ti y págatelo.
Teniendo en cuenta tus gastos y lo que la empresa está en capacidad de pagarte, asígnate un sueldo y págatelo puntualmente. Esto te permitirá planificar tus pagos directamente desde tu cuenta y no estar metiéndole mano a la cuenta de la empresa.
Además irá estructurando el esquema financiero de tu empresa, pues seguramente la creaste con la idea de que generara ingresos para pagarte un buen sueldo y mucho más.
No dejes tus otras fuentes de ingreso (los mejores productos digitales para vender) hasta que tu empresa se estabilice y genere los propios. Si no tienes ingresos adicionales, sería súper que los empieces a generar.
La principal razón por la que los emprendimientos fracasan es por problemas de dinero, así que si tu empresa está empezando y aún no ha alcanzado el punto de equilibrio, lo ideal es que no dependas totalmente de ella, sino que generes otros ingresos que te permitan vivir tranquilo mientras tanto.
Cuando tu única fuente de ingresos es tu emprendimiento, llegado el momento tendrás que decidir entre pagar el mercado de tu casa o a un proveedor y probablemente afectes el flujo de caja de tu empresa, debilitándola en un momento en el que es indispensable fortalecerla para que crezca.
Aquí recobra fuerza el concepto de reducir tus gastos a lo que es realmente importante y necesario para ti y tu familia. No se trata de tener una mala calidad de vida, se trata de priorizar los gastos mientras tu empresa da los frutos esperados y retribuye tu trabajo y dedicación. Seguramente todo lo que siembres en ella te lo devolverá con creces en su tiempo, dándote la libertad que sueñas.
Y genera una cuenta de imprevistos para tu empresa, ademas de aprender a ahorrar para ti.
En la medida en que tu empresa vaya creciendo, puedes abrir una nueva cuenta y asignar un porcentaje de sus ganancias para ir consignando en ella, así tendrás un colchón que te respalde en caso de cualquier imprevisto e incluso tendrás un capital si llegara a presentarse una oportunidad de inversión. Esta previsión evitará que debas cubrir con tu dinero dichas situaciones.
También es muy importante que tus cuentas personales estén lo más saludables posibles, así no serás una carga para tu empresa.
Por ello te digo que y si tienes deudas, enfócate en cubrirlas de la manera más rápida posible, y una vez se encuentren saldadas, empieza a ahorrar (los mejores consejos para ahorrar dinero).
Este es un hábito que te llevará a lograr tus objetivos mucho más rápido y te ayudará en momentos de desafío y prueba. Te aseguro que si eliges llevar unas cuentas claras y bien manejadas, dejarás poco a poco de trabajar por el dinero y en cambio el dinero empezará a trabajar para ti.
Recuerda que el dinero puede ser el mejor ayudante o por el contrario el jefe más tirano, y la diferencia radica en decirle qué hacer y a dónde ir en vez de estar averiguando a dónde se fue y esperando siempre el próximo pago para repetir la misma función.
Un abrazo parceros… Y a sus bolsillos! 😉
Daniel Tirado / #BeachMoney
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