Muchos de ustedes me han preguntado si es mejor comprar o arrendar una casa o apartamento. Esta es una de las decisiones qué trasnocha a más de uno.
A nosotros desde chiquitos nos han metido en la cabeza, al menos en mi país, yo no sé qué les dicen en otros lugares del mundo, la bendita idea de que comprar casa es el máximo logro que uno puede tener como ser humano. Es más, hay un dicho y todo: “Tener casa no es riqueza, pero no tenerla es la mayor pobreza”.
Un dicho que no me gusta porque eh, que frase tan verracamente pesimista parceros, por un lado, tener casa no es riqueza (desagradecidos ome), y por el otro, meten el terror de que si no se tiene uno está en la olla, mejor dicho, no importa qué otras riquezas se tengan, pero si no hay vivienda propia, no están en nada.
Qué tan importante es comprar o arrendar nuestra vivienda
Mucha gente sigue creyendo que tener casa propia es un símbolo de seguridad y realización financiera, y que pagar arriendo es botar la plata para engordar el patrimonio de otro.
Pero todo esto depende de lo que tengamos pensado hacer con la vivienda, si es para vivir o para ponerla en arriendo y generar un ingreso adicional que compense la inversión inicial.
La idea de tener casa propia como algo fundamental para tener unas finanzas personales sanas se ha venido revaluando con el tiempo. Sin embargo, no podemos negar que por costumbre, por presión, por necesidad o por simple deseo, sigue siendo una de las grandes inversiones que la gente hace en su vida, así que acá les voy a hablar del tema para que cuando lo hagan, sepan en qué se metieron.
Sume aquí, reste allá… cuánto vale realmente tener vivienda propia
La respuesta frente a si es mejor comprar o arrendar dependerá, como todo en la vida, de a quién le hagan la pregunta… Como en este casi me la han hecho a mí, les voy a exponer mis argumentos.
Desde mi punto de vista parceros, tener casa es importante, no voy a decir que no, lo que sucede es que muchas veces nos metemos en el cuento de comprar vivienda sin preguntarnos si eso es realmente lo que queremos, si nos conviene en este momento de la vida, si no hay nada mejor en dónde invertir ese dinero o si realmente tenemos la capacidad para asumir esa deuda.
Nos dejamos llevar por la insistencia de los papás, por la presión social o porque no queremos ser los únicos “chichipatos” de la familia sin tener las escrituras de nuestro propio hogar…
Pero ojo parceros, esta es mi opinión y está fundamentada en mi experiencia y visión de la vida y las finanzas, pero no es la última palabra.
Ayyyyy, es que se le hincha a uno el pecho y todo de solo pensarlo. Pero hijuepucha, una cosa es pensarlo y otra muy distinta es hacerlo.
Parceros, es mentira eso de que a los tantos años uno debe tener su casa propia. El momento indicado para hacerlo depende de lo que ustedes quieran para sus verracas vidas, no lo que quiera el vecino, la tía, el suegro o su mejor amigo, no.
Ese momento se establece de acuerdo con las metas y expectativas que ustedes tengan, y de la capacidad financiera, algo que es muuuuy importante.
¿Qué significa tener capacidad financiera?
Tener capacidad financiera significa contar con una relativa seguridad económica que nos permita contar con cierta seguridad (nada está 100 % garantizado) de que, mínimo, tendremos ingresos estables para pagar las cuotas mensuales del crédito y, mucho mejor, si hay forma de aumentarlos.
Otra cosa bien importante parceros es que comprar la casa no implica solo el valor de la cuota inicial y del crédito hipotecario. A eso hay que sumarle un montón de cosas que a veces no se contemplan en las cuentas y que, dicen los expertos, puede representar un incremento del 2 % de lo que pensábamos inicialmente que nos iba a costar la casita.
Al valor del inmueble hay que sumarle el avalúo, el estudio de los títulos, los trámites de legalización, autenticaciones, honorario de los abogados asignados por el banco, documentos y certificados, impuestos y registros y un montón de trámites más que pueden varias de acuerdo a las normas de cada país.
Parceros y parceritas, yo no estoy buscando que ustedes se desanimen ni nada por el estilo ome, lo que yo quiero es que si aún no tiene casa propia dejen de presionarse o echarse látigo por eso, y tampoco que se vayan a meter en semejante inversión si no están preparados. Yo, por ejemplo, siempre he vivido en arriendo.
Tomen la decisión a consciencia, pensando en serio en qué es lo que quieren. Analicen si esta es una decisión de ustedes o del papá que toda la vida ha pensado que tener casa propia es sinónimo de seguridad económica. No se vayan a meter en semejante inversión tan verraca por hacer realidad el sueño de otros.
¿Comprar o arrendar? Primero ahorrar la cuota inicial
Parceros, muchas veces el gran obstáculo es la bendita cuota inicial, sí o no que es así. Pero es que si uno no tiene para pagar el 30 % de la casa es muy probable que no esté en capacidad de pagar el crédito del 70 % restante.
La cuota inicial es una evidencia de la capacidad que tenemos para ahorrar, porque parceros, sino han podido reunir el 30 % por falta de plata o de disciplina, pues, aaaaayyyyy, no nos digamos mentiras, puede ser que no estén en capacidad de comprar la casa de sus sueños todavía.
Entonces parceros, esta puede ser un muy buen propósito de ahorro, ¿qué opinan? Claro que tienen que ser pacientes y disciplinados, esos sí, porque la recompensa se puede demorar un poquito en llegar dependiendo del juicio y de qué tan capaces sean de dejar la verraca cerveza a cambio del sueño de ser todo un terrateniente, jejjeje.
Danny, yo quiero comprar, pero no sé por dónde empezar
Parceros, si están seguros de que lo de ustedes es comprar, tengan en cuenta estos aspectos que hacen parte de los argumentos para tomar la decisión:
Tasa de interés:
Parceros, saquen la lupa y revisen con detalle las tasas de interés, comparen, pregunten, negocien, hagan uso de toda la carreta que llevan dentro para convencer a la entidad financiera y lograr una bien favorable. Recuerden que hay dos tipos de tasa: fija y variable, echen números y revisen cuál les conviene más.
Si no entiende, pregunten pregunten y pregunten, la inversión que ustedes están haciendo no es cualquier bobada, así que no se queden con ninguna duda.
Plazos:
Proyecten en cuántos meses podrían librar la deuda. Entre más tiempo, menor es el valor de la cuota, pero terminan pagando más intereses. Sin embargo, si se empeñan en pagarla en menos tiempo, la cuota será más alta y podría afectar su flujo de caja.
Crédito hipotecario vs leasing:
Parceros, este es un tema muy largo que da para otra entrada, pero, en resumen, en un crédito la entidad financiera le presta plata a una persona para comprar vivienda (también para remodelación, reparación o mejoramiento, pero ese no es el caso), la persona la compra y el inmueble queda escriturado a su nombre.
En el caso del leasing, la vivienda es comprada, no por la persona interesada, sino por la entidad financiera quien queda como propietario. La persona, por su parte, le paga un arriendo al banco durante un tiempo determinado.
Al final de ese tiempo, la entidad le da la opción de comprar el inmueble, renovar el contrato, ceder el derecho a un tercero o devolverlo.
Listo el Villegas, ahora dónde lo invierto
Ahora sí parceros, ya tienen en billullo y es hora de salir a buscar la casita de los sueños papá… Eeeeeyyyy, tremenda responsabilidad ¿¿no??
Hasta ahora vivían con su familia o pagaban arriendo y si se aburrían, pues chao, se echaban los corotos al hombro y se iban a otro lugar mejor.
Pero cuando se trata de comprar la casa ahí la cosa cambia porque se espera que sea una inversión grande y a largo plazo, así que tienen que analizar muuuuy bien dónde van a meter ese dinero qué les ha costado tanto reunir.
Esta debe ser una decisión estratégica, no pueden dejarse llevar solo por la emoción. Ustedes deben documentarse muy bien, parceros.
Eso sí, no andar preguntándole la opinión a cuanto aparecido se encuentren en el camino, deben buscar a personas de confianza y con el conocimiento y criterio suficiente para guiarlos.
¿Qué deben tener en cuenta para decidir dónde comprar?
Yo no soy propiamente un experto en tener casa propia, pero sí me rodeo de gente que sabe porque, no crean, yo también contemplo tener la mía en un furuto, así que acá les voy a compartir algunas de las recomendaciones que me han hecho a mí los que sí saben del tema:
Presupuesto: lo primero que deben tener en cuenta mis parceros es la plata que tienen. Para qué se antojan de la mansión de Hugh Hefner si, primero, no les va alcanzar y, segundo, no necesitan tanto lujo. Por favor, no se me sobreactúen por favor.
Analicen cuál es su capacidad de endeudamiento, si ven que el tema es viable, entonces establezcan qué tipo de crédito les conviene más y a cuántos años mandarían la deuda.
Seguridad:
Parceros, el lugar donde uno vive y duerme debe ser el más bonito de todos sin importante lo grande, pequeño, lujoso o sencillo que sea, y, sobre todo, debe ser un lugar seguro, donde ustedes se sientan tranquilos, que no les dé miedo regresar a altas horas de la noche o que puedan salir de viaje tranquilos. Prioricen una zona segura. Ojalá que el sector tenga vigilancia permanente.
Ubicación:
Como lo que ustedes están haciendo es una inversión, deben pensar que más adelante posiblemente van a querer vender ese inmueble, así que miren a futuro, proyéctense y piensen también en que la propiedad sea atractiva para otros y así, en determinado momento, sea fácil venderla.
La gente busca comodidad, y comodidad es tener cerca supermercados, zonas verdes, cobertura de servicios públicos, colegios, jardines infantiles, fácil acceso, buen transporte público (pilas, tampoco es que quede sobre una avenida porque el ruido y la contaminación no es que sean muy atractivos).
Antes de tomar una decisión, visiten la zona de día, de noche, durante la semana y el fin de semana para cerciorarse de que no hay algún vecino loco, rumbero y ruidoso; que no haya malos olores, que el tráfico sea manejable, que las zonas aledañas estén en orden.
Calidad:
Parceros, casos se han visto hasta en las mejores familias… Por eso, cuando hayan encontrado el inmueble deseado averigüen quién es el constructor, qué otro proyecto tiene; quién es el curador, quién hizo el estudio de suelos, qué tipo de cimentación tiene (pilotes, pantallas o placas flotantes); si cumple con las normas exigidas; si es sismorresistente, etc.
Valorización:
Vean qué tanta proyección tiene la zona donde está ubicado el inmueble, si hay planes de urbanización; si está cerca, o no, a fábricas contaminantes; si es residencial o industrial… En fin, todo lo que pueda afectar o contribuir más adelante cuando la quieran vender o poner en alquiler.
Menchito, ¿entonces dejo de botar la plata en el arriendo y compro apartamento?
Mmmmmm… esta es la eterna pregunta. A simple vista la respuesta es sencilla: ¡Obvio, cómprate el apartamento ome, dejá de botar la platica!… Sin embargo, para tomar esta decisión hay que tener en cuenta muchas variables.
Existe un ejercicio muy sencillo que los expertos recomiendan hacer y es sacar cuentas y comparar lo que implica pagar el arriendo de un inmueble o comprarlo:
Compra:
Juan adquiere una vivienda de $500 millones.
Cuota inicial (30 %)= $ 150 millones.
Hace un crédito hipotecario para el 70 % restante.
Plazo: 15 años.
Tasa:11,96 % efectivo anual.
Mensualidad hipoteca: $4.191.585,46.
En cinco años pagó: $ 251.495.127,6 (y todavía debe más del 70 % al banco).
15 años después habrá pagado: $904.485.382,78 (sin contar impuestos, seguros, administración predial, cuotas extraordinarias).
Arriendo:
Margarita hace cuentas y compara entre comprar el inmueble y pagar una cuota mensual de $4.191.585,46, o arrendarlo por $ 3.000.000 mensuales.
Al final, decide arrendarlo y empezar a ahorrar la diferencia cuota hipotecaria, es decir $1.191.585.
En cinco años gastó $180 millones en arriendo, y ahorró $71.495.100 que podrá invertir en lo que quiera.
En este ejemplo, el negocio más atractivo es el de Margarita; sin embargo, Juan podría llegar a negociar una tasa de interés más baja. Por eso parceros, como en todo, debes asesorarse bien, investigar, preguntar, comprar para poder tener poder de negociación.
Y parceros, como decía Jarabe de Palo, depende, todo depende de las condiciones de cada quién y de las expectativas que tenga. Mucha gente no tiene para la cuota inicial y todo el mundo les dices: “Uyyy, parcero, con lo que paga de arriendo podría tener una casa bien bacana, y suya que es lo mejor”.
Pero tampoco tiene sentido bajarle a la calidad de vida pagando un arriendo más económico, o afectar el flujo de caja por ahorrar al extremo buscando esa hujiepucha cuota.
¿Comprar o arrendar? Hay que decidir con la cabeza, no con la emoción ni por la presión
Parceros, además de todo lo anterior, cuando se tiene un inmueble propio hay que contemplar unos costos fijos como el impuesto predial, la administración, el mantenimiento, las cuotas extraordinarias.
Mi idea no es asustarlos, simplemente quitarles la presión de tener que sí o sí, comprar su vivienda. Para empezar, hacerlo no es una regla de vida y ya se está desmitificando la idea de que es la mejor opción.
Por ejemplo, Robert Kiyosaki, autor del libro Padre tico, padre pobre, es de los que dice que tener casa propia no es necesariamente una inversión, sino que es un pasivo que implica sacar dinero, en lugar de recibirlo.
Así que muchachos, analicen todas las variables aquí expuestas y contrástenlas con sus planes, con lo que quieren en la vida, con sus prioridades. Recuerden que cada quién es un mundo y que ya sabemos que todos no estamos cortados con la misma tijera.
Se les quiere.
Daniel Tirado / #BeachMoney
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