
Menchitos, hoy vengo con un tema del que siempre les había querido hablar. Ustedes saben que yo emprendí desde muy joven y más allá de los éxitos y fracasos que he tenido, siempre me ha preocupado el tema de la salud mental de los emprendedores. Porque yo mismo padecí, en algún momento de mi vida, diversos problemas de esta índole debido a las cargas excesivas de trabajo y al estrés. Por esa razón, el emprendimiento y la salud mental es un tema del que se hace cada vez más necesario hablar. Inclusive ahora más, en este contexto postpandemia en el que el teletrabajo y el miedo a contagiarnos nos han privado del encuentro cara a cara con las demás personas.
Así pues, me he encontrado con que este tema ha sido poco abordado por los gurús del emprendimiento y del marketing a nivel mundial parceros. Del emprendimiento nos suelen decir que es una aventura única, llena de retos y desafíos. No obstante, nadie nos dice cómo gestionar las emociones derivadas del acto de emprender. Justamente es en la gestión de las emociones donde la mayoría de emprendedores falla. Como bien decía el gran Jeff Bezos, «no hay que cambiar de trabajo sino de estilo de vida». Y esto último es muy cierto menchitos.
¿Cuántas veces nos solemos quejar al día de que estamos muy estresados, de que no nos queda tiempo, de que nadie nos entiende? Si bien todo el mundo está en su derecho de sentirse así, cuando entramos a observar en profundidad el estilo de vida de la mayoría de emprendedores, nos damos cuenta de que tienen muy poco conocimiento de su cuerpo y de su mente. En consecuencia, viven echándole culpas a los demás de su estado de ánimo, de su salud y de su bienestar mental, cuando son ellos mismos los responsables de aquellos sentimientos.
En ese orden de ideas, la unión entre el emprendimiento y la salud mental, puede ser considerada como el equilibrio perfecto para la vida de una persona que desee emprender. No hay que tocar fondo, como nos pasó a muchos, para darnos cuenta de la importancia de nuestros hábitos parceros. Por dicho motivo, este artículo pretende exponer cómo la salud mental es parte fundamental del éxito de una marca o empresa. Si quieren aprender a gestionar sus emociones mientras emprenden, acompáñenme hasta el final de este artículo menchitos.
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El mito del sufrimiento a la hora de emprender
Parceros, ¿ustedes han escuchado alguna vez ese mito de que para ser un emprendedor exitoso primero hay que sufrir mucho? Bueno, no se me asusten, aquello es lo que es: un mito y nada más. Esta épica del sufrimiento que nos vendieron las películas y las historias de superación no es más que un cliché parceros. Para ser exitosos no hay que sufrir y mucho menos poner en riesgo nuestra salud física y mental.
Para ejemplificar lo anterior, déjenme contarles algo. En el año 2017, Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo, le dijo al Wall Street Journal lo siguiente:
«Me siento mucho mejor todo el día si he dormido ocho horas, desde muy joven me di cuenta de que el cansancio era mi peor enemigo, por eso siempre trato de dormir bien»
Jeff Bezos
Pregúntense ustedes, si el hombre más rico de este planeta duerme ocho horas paceros, ¿por qué nosotros no habríamos de hacerlo? ¿Por qué nos casamos con ese mito de que un emprendedor exitoso debía dormir entre 3 y 4 horas diarias?
Por otra parte, la directora de operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg, ha dicho en más de una ocasión que apaga su teléfono móvil cada noche antes de acostarse con el objetivo de tener un sueño reparador. Adicionalmente, esta exitosa empresaria está en contra de llevarse trabajo a casa o por fuera de su horario habitual. Argumenta que la producción y la creatividad aumentan en la medida en que las horas de trabajo a la semana están debidamente distribuidas.
Evidentemente, yo sé que cuando uno está comenzando con un emprendimiento es algo complejo no trabajar más horas de las sugeridas. No obstante, no quiero que me malinterpreten, si hay que trabajar más horas hay que hacerlo. Si hay que sacrificar tiempo con amigos y familia en pro de nuestros sueños hay que hacerlo. Sin embargo, esto no se puede volver un hábito. Estos sacrificios deben ser excepciones. Por eso es importante tener en cuenta que el emprendimiento y la salud mental deben ser un equilibrio y un balance para aquel emprendedor que quiera alcanzar el éxito.
El Karoshi: el problema de salud pública en japón

Parceros, durante el tiempo que viví en Japón era muy recurrente escuchar o leer la palabra Karoshi en la televisión y en los diarios. ¿Ustedes saben de qué se trata este término? ¿Saben qué relación tiene el Karoshi con el emprendimiento y la salud mental? Seguramente no lo sepan, pero para eso estoy yo aquí muchachones, para explicarles de qué va todo esto.
El Karoshi, de acuerdo con la BBC, «es una palabra que en español significa muerte por exceso de trabajo. Y aunque parezca una leyenda urbana, es un fenómeno social reconocido en Japón desde 1987, cuando el ministerio de Salud empezó a recopilar estadísticas». Dicho de otro modo menchitos, en Japón, hasta el año 2015, se murieron 2.310 personas por trabajar en exceso. Y este fenómeno se ha hecho tan recurrente en ese país que ya se le empezó a considerar como un problema de salud pública.
Jóvenes gerentes de menos de 40 años cada tanto salían en los noticieros víctimas del Karoshi. La imagen no era nada alentadora parceros. Aquellas personas sufrían infartos y paros cardiorespiratorios mientras se encontraban sentados frente a sus escritorios. Las causas del Karoshi podían variar mucho de una persona a otra; sin embargo, las más frecuentes eran la falta de sueño, el estrés, al ansiedad y el aislamiento. Los japoneses solían trabajar entre 14 y 15 horas diarias, sumado a las 2 o 3 horas que duraba el trayecto de su casa a la oficina. Prácticamente no descansaban nunca y no tenían vida social.
Precisamente, el aislamiento y la falta de descanso son uno de los problemas más recurrentes con los que tienen que lidiar muchos emprendedores en la actualidad. Renuncian al mundo por un sueño y lo que no encaje en dicho sueño empieza a ser rechazado. Sus familias les reclaman tiempo y se enojan porque «nunca quieren perder tiempo». Los padres les piden un favor y se salen de los cabales porque «el tiempo es oro». Sus amigos los invitan a ver una película o a cenar y no van porque «ellos no pierden el tiempo». ¿Les suenan conocidos estos ejemplos? No se trata de ser un vago parceros, pero hay que tener un equilibrio entre la vida y el trabajo si queremos conservar nuestra salud mental.
En consecuencia, muchos emprendedores hoy en día están siguiendo la senda del Karoshi sin darse por enterados. No se trata de trabajar más muchachones, sino de trabajar mejor. Se los digo por experiencia propia, porque yo era uno de los que solía trabajar hasta 13 y 14 horas al día. Sin embargo, una crisis personal me llevó a entender que quizá podía ser más productivo combinando dos cosas: menor carga de trabajo a la semana + delegación de funciones y automatización de tareas. Esto me llevó a aumentar mi creatividad y a darme cuenta de que yo solo no podía con todo.
Por esa razón, al principio de este artículo les dije que no había que tocar fondo para darse cuenta de que tener una buena salud mental es fundamental en el emprendimiento. No caigan en el juego del Karoshi parceros, equilibren su vida, conozcan su cuerpo y su mente, compartan tiempo con sus seres queridos porque al fin y al cabo, el dinero va y viene, pero nuestros seres queridos no.
La salud mental y el emprendimiento: un equilibrio indispensable

Mente sana, cuerpo sano. Esto lo dijeron los griegos hace miles de años y aún sigue vigente parceros. Pero que siga vigente no quiere decir que lo pongamos en práctica y mucho menos que lo compartamos. No solo los emprendedores, sino las personas en general, se enfocan mucho en la salud del cuerpo físico, descuidando así lo espiritual y emocional. Se enfocan en estar delgados, musculosos y atléticos. No obstante, a pesar de ejercitar mucho el cuerpo, no se preocupan mucho por su mente. Siguen repitiendo patrones de adicciones, ansiedad, inseguridad, fatiga mental, intolerancia, irrespeto y deshonestidad. irrespeto y deshonestidad.
Porque sepan algo parceros, la salud mental no es solo sentirse bien con uno mismo, también es procurar hacer sentir bien a los demás. La salud mental, en ese sentido, tiene mucho de inteligencia emocional. En la medida en que un emprendedor cuide su mente, su espíritu y sus emociones, podrá comunicarse de mejor forma con su equipo de trabajo, ser asertivo y relacionarse desde el respeto y la honestidad con sus colaboradores.
De acuerdo con lo anterior, me gustaría compartir con ustedes las estrategias que a mí más me han funcionado para conservar la buena salud mental, el equilibrio entre el trabajo y la vida y la salud física y del espíritu. porque recuerden algo siempre parceros, la vida es 10% lo que experimentamos y 90% cómo respondemos a ello. Así que si queremos que nuestros emprendimientos sean exitosos, nuestra actitud hacia la vida también debe estar encaminada hacia el éxito.
Por otro lado, nunca olviden que el éxito no es solo lo económico menchitos. El éxito también es la forma cómo tratamos a los demás, es sentirnos en armonía con el universo, es acostarnos por las noches y sentir que hemos hecho las cosas bien para nosotros y para los nuestros. En última instancia, la buena salud mental se podría traducir en felicidad. Y como siempre les digo, a esta vida vinimos fue a ser felices parceros, ¿o no?
Hacernos conscientes de nuestra salud mental
Muchachones, la Organización mundial de la salud define la salud mental de esta manera:
«Un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades y puede afrontar las tensiones normales de la vida, trabajar de formar productiva y fructífera, y hacer una contribución a su comunidad. Por ende, la salud mental es un estado completo de bienestar físico mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades».
Organización mundial de la salud.
Como bien dice la OMS, la salud mental no es solo una cuestión propia de los enfermos mentales. Antes bien, es una obligación que cada uno de nosotros tenemos con nuestro propio ser. Por esa razón, hacernos conscientes de que la mente puede ser incluso más frágil que el cuerpo es el primer paso para empezar a cuidar de ella. De acuerdo con el blog Empresa actual:
«La muerte de algunos directivos en Estados Unidos, sobre todo del sector tecnológico, abrió un auténtico debate sobre la salud mental de los emprendedores. Fueron muchos los CEOs que confesaron públicamente tener cuadros depresivos e, incluso, pensamientos suicidas en sus peores momentos, y la respuesta fue masiva: recibieron el apoyo de colegas que empatizaban con ellos, reconociendo haber vivido la misma situación. Fue el inicio del fin del silencio y del estigma sobre los problemas mentales en las empresas emergentes«.
Empresa actual
De tal manera, no hay nada que temer si el estrés y la angustia propios de nuestras actividades empresariales nos conducen a cuadros depresivos o ansiosos. Hay que recordar que muchos empresarios exitosos han pasado por lo mismo y han podido superarlo. En consecuencia, reconocer que no estamos exentos de un problema de esta índole nos va a dar las herramientas necesarias para superarlo. Cuestión que no pasaría si entramos en negación y nos cerramos ante los problemas.
Ejercitar la mente es alimentar el espíritu

Muchachones, ¿saben qué fue lo que a mí me salvó de la crisis personal que tuve hace algunos años? La meditación. Puede sonar a cliché, pero meditar me devolvió la luz que había perdido en mi vida. Calmó mi mente y apaciguó mi espíritu. En esa conexión mente-cuerpo que implica meditar encontré mi verdadera esencia. Además, al ser beneficiosa para mi mente, lo fue también para mi salud física. Encontré la motivación para ejercitarme y para comer de manera más saludable.
Esto último, precisamente, es fundamental a la hora de gestionar nuestras emociones. Somos lo que comemos parceros. No por nada el famoso magnate Aristoteles Onassis solía recomendar a los jóvenes empresarios que antes de cerrar un negocio no se indigestaran ni comieran alimentos muy pesados. ¿Cuál era la razón por la que Onassis afirmaba esto? Él decía que los alimentos pesados o difíciles de digerir hacían que el cuerpo gastara mucha más energía en el proceso digestivo durante el día; proceso que nos hacía sentir adormilados y con ganas de tomar siestas largas.
Por tal razón, al comer alimentos livianos, esa energía que ahorraba el aparato digestivo se iba a traducir en estar despiertos, atentos y con el ánimo aguzado a la hora de hacer negocios. Ven que no es tan descabellada esta idea parceros. A mí, por lo menos, me ha funcionado de maravilla alimentarme de forma balanceada. Tengo más energía durante el día, me siento liviano y en armonía con mi propio cuerpo y espíritu. Y lo mejor de todo: sin sueño. Porque la suma de una buena alimentación, la meditación diaria, la actividad física y el sueño reparador me han permitido aumentar mi productividad al 100%. Y, sobre todo, mantener la buena salud mental.
«Hay que tener un balance entre hacer dinero y disfrutar la vida»

Cuando yo me di cuenta de que la vida se trataba de un balance entre hacer dinero y disfrutar me asusté parceros. Y no porque no estuviera de acuerdo, sino porque estaba haciendo todo lo contrario. Me estaba matando en vida por el afán de acumular y acumular riqueza. Cuando leí esta frase en un libro de Napoleon Hill llamado Actitud mental positiva para la vida (que por cierto se los recomiendo) sentí como si hubiera vuelto a nacer. Fue un despertar, un cuestionarme a mí mismo sobre cómo estaba llevando mi vida.
Y es que una de las cosas que más me impactó de aquello que dice Napoleon Hill en ese libro fue lo que él entendía por disfrutar. Este autor decía que en occidente tenemos la falsa creencia de que para disfrutar de la vida teníamos que ser millonarios. Sin embargo, él mismo es un convencido de lo contrario. Desde su punto de vista disfrutar implica estar en armonía con el contexto, es decir, con el paisaje, los seres queridos y nuestro trabajo. Napoleon Hill asegura que el éxito en la vida se deriva de la capacidad que tengamos de disfrutar las cosas pequeñas de la misma y las cosas que constituyen nuestra cotidianidad.
Disfrutar con nuestro trabajo, pasar momentos de calidad con nuestros seres queridos, maravillarnos ante los paisajes de nuestra ciudad y valorar la naturaleza y las bendiciones que esta nos brinda también hace parte del éxito y de la buena salud mental parceros, no solo hacer dinero. Esta es una de las grandes enseñanzas de mi vida y para ser sincero, una de las que más efecto práctico ha tenido sobre mi salud mental.
Así que ya saben muchachones, en esta vida no nos van a enterrar ni con los carros, ni con las joyas, ni con las tarjetas de crédito. De esta vida nos llevamos lo bueno que hagamos por los demás, el impacto que negamos en nuestro contexto cercano y la bondad y el amor con los que tratemos a los demás. En esta vida seguimos vivos en el recuerdo de las personas y qué mejor que dejar un legado de paz, amor, tolerancia y honestidad. ¿Están de acuerdo?
¿Qué tal les pareció esta reflexión sobre el emprendimiento y la salud mental menchitos? Quisiera conocer su opinión en los comentarios y también cuáles son sus hábitos para vivir mejor. Cuéntenme, hablemos, dialoguemos. Me encantaría leerlos a todos, porque sepan algo: ustedes también me inspiran a mi parceros. Esto es una relación ganar-ganar, como dirían los marketeros jeje. Los leo muchachones. Se les quiere mucho.
Un abrazo gigante.
Daniel Tirado / #BeachMoney
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